Hace unos días hablaba con el director de logística de un fabricante de automóviles sobre la colaboración logística entre empresas. Me confesó que habían hecho varios intentos de colaborar con otros fabricantes para completar cargas a Sudamérica y ahorrar conjuntamente en costes logísticos, pero todos los intentos habían fallado. ¿Por qué?
Las razones que adujo eran dos:
- Que unos se consideraban superiores a los demás y por lo tanto se percibían como perdedores en un proceso de colaboración.
- La falta de confianza les hacía ser cautelosos a la hora de compartir información.
Justo ayer, trasteando por internet, cayó en mis manos la siguiente infografía que presentan un ejercicio más profundo sobre las barreras a la colaboración institucional:
http://holykaw.alltop.com/what-are-your-companys-barriers-to-collaboration-infographic
La infografía corona como número uno a aspectos relacionadas con la falta de confianza y la privacidad de información. En España la falta de colaboración es un histórico del mundo de los negocios. Padecemos de sectores enormemente atomizados: los vinos, los aceites, las cerámicas,… Falta una colaboración basada en la confianza que ayude a empresas pequeñas tener las ventajas de las grandes, compartiendo información y recursos físicos infrautilizados que sean de utilidad a otros.
El tema de la confianza no es de trivial resolución y el del reparto de los beneficios de la colaboración tampoco, afortunadamente ya hay quien ha estado trabajando en el tema y aporta soluciones.
La confianza
Generar confianza exige de un agente que actualmente no existe. Alguien en que las dos empresas confíen, alguien que proporcione la opacidad requerida por las empresas colaboradoras en aquellos aspectos que no deseen que sean difundidos pero que sean necesarios para la colaboración. Alguien que ejecute las políticas definidas para el reparto de los beneficios asociados a la colaboración. Alguien cuyo único papel en el mercado sea generar esa confianza y cuyos ingresos, su único interés, estén vinculados a ello.
Lo podemos llamar trustee, por ejemplo. Conste que no es invento mío. El concepto existe, hay quien lo ha diseñado, aunque por ahora no esté industrializado. Quizás en unos años se una figura más, habrá abogados, consultores, ingenieros, “trustees” y otras cosas.
Los beneficios
El segundo gran escollo es cómo repartir los beneficios, ya se sabe que dónde hay dinero hay problemas. Siempre se pueden definir criterios más o menos rupestres para repartir los beneficios, pero normalmente no serán justos y confiables. La presión de las direcciones/propiedad de la empresa por conseguir resultados puede dinamitar la confianza en el sistema e iniciar una escalada de las tensiones que dé al traste con la colaboración.
Hay aspectos de una colaboración que son razonablemente medibles: las aportaciones en recursos, ya sean personas, máquinas o dinero; pero otros, como por ejemplo: la flexibilidad, no.
Imaginemos que queremos compartir entre varios ayuntamientos la maquinaria de recogida de basura, pero resulta que uno de ellos sólo acepta hacerlo por la noche, los ahorros derivados de la colaboración deberán penalizarle. Otro de los ayuntamientos aporta maquinaria de limpieza, gracias a ello uno de los ayuntamientos puede vender su maquinaria,... ¿Cómo valorar la aportación de cada uno en la colaboración cuándo son tan asimétricas y no siempre tangibles?
Si veis la película “Una mente maravillosa” podréis encontrar la respuesta. La teoría de juegos proporciona la solución al problema del reparto justo de beneficios de las colaboraciones (un juego de suma cero). El secreto es la bonita fórmula del valor de Shapley, que podéis ver en la imagen y de la que no entraré en sus entresijos por su complejidad implícita.
Aunque los dos elementos planteados:
- El trustee.
- La fórmula del valor de Shapley
Proporcionan una innovadora e imponente base para la colaboración, otros elementos son clave y necesarios.
- Faltan personas que impulsen la colaboración. Los fracasos del pasado son una barrera difícil de superar.
- Hay muchas confianzas rotas que se han de reconstruir. Quizás la presión por la eficiencia lleve a algunos a superar sus miedos.
- La heterogeneidad en las formas de trabajar, niveles organizativos y formas en que están distribuidas las responsabilidades entre las empresas colaboradoras.
- Empresas tan enfocadas en sus problemas internos que apenas tienen tiempo para mirar hacia fuera.
Pero las soluciones a estos últimos problemas son clásicos, no hace falta hablar de ellos aquí…
Referencias
Recientemente, en el MIT Center for Advanced Logistics and Transportation publicaban la siguiente newsletter donde referenciaba Maria Jesús Saenz, investigadora del ZLC de Zaragoza, que ha profundizado y desarrollado los modelos colaborativos aplicados al transporte de mercancías.
http://ctl.mit.edu/library/supply_chain_frontiers_52_has_co_loading_finally_arrived?utm_source=SCF+52+Winter+2014&utm_campaign=Frontiers_Winter_2014&utm_medium=email
Y de la propia Maria Jesús Saenz
https://supply-chain.org/f/Maria%20Jesus%20Saenz.pdf
http://www.zlc.edu.es/content/files/milenio_co3.pdf