El final del principio se acerca. Una nueva era se está consolidando en las organizaciones bajo conceptos tales como industria 4.0, transformación digital, internet de las cosas, organizaciones colaborativas, etc. Pero seamos honestos, al final, lo que diferencia a una organización del resto es la agilidad en la toma de decisiones y en la ejecución de las acciones derivadas de esas decisiones tomadas.

Esto no es una buena noticia si tenemos en cuenta que más del 95% de las decisiones que tomamos (lo crea o no), no las realizamos utilizando nuestro córtex, sino el llamado “cerebro límbico”. En otras palabras, nos movemos por las emociones.

Sí es cierto que el córtex, o cerebro racional, interviene casi inconscientemente a la hora de intentar justificar “de forma razonada” las decisiones ya tomadas, pero no nos desviemos…

¿Significa pues que, si he pasado una mala noche, si estoy hoy más sensible, o si he discutido con mi pareja, afectará esto en las decisiones que vaya a tomar? Si. ¡Por supuesto!

A esta pésima noticia le podemos sumar el hecho de que cada día aumenta considerablemente la cantidad de datos e información con la que cuentan las organizaciones y, por consiguiente, también aumenta el riesgo de confundir datos con hechos, informes con evidencias o incluso información con conocimiento.

Narrativa inteligente

Se puede deducir entonces que aquella organización que disponga de algún recurso o colaborador lo suficientemente “frio” y analítico como para recoger los datos necesarios en el momento preciso, procesarlos, generar información y tomar decisiones sin dejarse llevar inconscientemente por las emociones dispondrá de una ventaja competitiva al incrementar su ratio de acierto y agilidad en la resolución de acciones.

Déjenme decirles que este “colaborador” existe y se llama plataforma colaborativa con gestión de acciones + GLN o Narrativa inteligente.

Una tecnología colaborativa enriquecida con un sistema de narrativa inteligente se está convirtiendo en un proceso de negocio crítico para transformar bases de datos en algo tangible, es decir, una visión que nos permite transformar datos en decisiones.

La forma de realizarlo es automatizar la interpretación de los datos para generar contenidos redactados en lenguaje natural y distribuirlos, utilizando una capa colaborativa, en formatos amigables con poca o nula necesidad de interpretación.

Esto no es nada nuevo, de hecho, todos nosotros en algún que otro momento hemos sido usuarios de este sistema de narrativa. ¿Les suena Cortana? ¿Siri?

Lo que es realmente nuevo es el aumento de la adopción de GLN en la empresa. Veamos un ejemplo:

CASO 1: En una organización tradicional sin plataforma colaborativa, una incidencia de cliente se publicaría (semanal, quincenal o mensualmente) en unos informes en formato variado donde, de forma más o menos curiosa y creativa, aparecería la información necesaria que, previa reunión o consenso, nos serviría para tomar decisiones.

CASO 2: En una organización con plataforma colaborativa, se confía en la honestidad y transparencia de un responsable para que declare dicha incidencia o problema como si de un chat se tratase, iniciando un hilo “amigable” muy comunicativo, pero poco resolutivo. Esta es una de las principales razones por las que la gran mayoría de las plataformas colaborativas fracasan en su implantación.

Narrativa inteligente

CASO 3: En una organización con plataforma colaborativa para la gestión de acciones y narrativa inteligente, se mostraría la misma incidencia, en el momento justo y con la cantidad de información necesaria de forma:

Narrativa inteligente

Lo que es realmente potente es la comparativa del esfuerzo dedicado a mostrar la información procesada.

Créanme si les cuento que, en el tercer caso, absolutamente nadie ha hecho ni dicho nada. Todo se ha generado de forma inteligente partiendo de una incidencia registrada en la capa transaccional (ERP).

Esta generación de lenguaje natural se consigue en tres fases, aportando cada una de ellas más valor añadido al negocio:

  1. GLN Básico: consiste en la transformación simple de datos en texto.

  2. GLN Medio: en esta fase se encajan los datos obtenidos en plantillas o templates previamente definidas.

  3. GLN Avanzado: se proponen o generan decisiones en base a prioridades de la organización.

 

Tiene sentido, ¿verdad? Si el ser humano es tan pésimo tomando decisiones, ¿por qué no dejamos que la tecnología las tome por nosotros y nos dedicamos a ser eficientes y eficaces en las acciones?

Sergi Requena

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