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Revisar lo que otros hacen

wrongUna de las cosas que más cabrea de un jefe es que:

  • Envíes un documento en el que has puesto todo tu esfuerzo del mundo,
  • Que sabes que está bien, pero que por cuestiones de tiempo has tenido que acotar
  • Que te satisface, pero parcialmente porque eres exigente,

y te lo devuelvan y los únicos comentarios sean relativos a aspectos ortográficos y de forma:

  • No has usado los colores corporativos.
  • El tamaño de las fuentes de los subtítulos de sexto nivel es times 7 y no times 8.
  • Los sangrados van 4mm más a la derecha.
  • Un par de cómos en los que olvidaste al acento y que el corrector de word no corrigió.

Te quedas con la sensación de que tu jefe apenas lo ha mirado, o que le ha dado tanta importancia que lo único en lo que ha centrado su esfuerzo es en aspectos superficiales, y así una y otra vez con cada cosa que le pasas ¿Para hacer eso se necesita una ingeniería, dos MBA's y un PDG por el IESE?

La revisión de un documento preparado requiere de toda tu atención y tu equipo lo ha de percibir como tal.

Ellos se esfuerzan y ese esfuerzo esperan que tú también lo hagas. Para evitar caer en este fallo recomiendo una revisión exhaustiva en tres pasos:

  • Estructura.
  • Contenido.
  • Forma.

ESTRUCTURA

La primera revisión debe ir más enfocada a asegurar que no se ha omitido nada crítico. Para ello, debemos comprender la estructura del documento según un determinado modelo. Por ejemplo, si hacemos un informe sobre un proceso, podemos repasar mentalmente este proceso asegurándonos de que no hemos dejado de lado ningún paso importante; o si hacemos un informe sobre una organización, podemos repasar mentalmente el organigrama asegurándonos de que no nos hemos olvidado de hablar del Director de Recursos Humanos.

A la hora tanto de revisar como definir la estructura de un documento, es muy importante tener en mente el concepto MECE desarrollado por McKinsey. Las cosas adecuadamente estructuradas dejan una agradable sensación de control al que las revisa.

Os lanzo un desafío, solo apto para valientes, identificar qué es lo que falta en la siguiente imagen, es un ejercicio interesante al que podéis plantear respuestas en los comentarios de este post. Forma parte de la formación de Improva.

Ejercicio que mano falta

CONTENIDO

Una vez nos hemos asegurado de que no falta nada importante, podemos pasar a analizar si lo que hay es correcto o no. Es claramente mucho más fácil evaluar lo que hay que decir qué es lo que falta. En esta fase es fácil simultanear el análisis de la adecuada sintaxis de lo escrito con la adecuación de los contenidos.

FORMA

Finalmente, lo menos importante pero donde tienden a centrarse los esfuerzos por pereza. Asegurarse de que no hay, por orden de importancia:

  1. Faltas de ortografía.
  2. Errores tipográficos.
  3. Deficiencias en los formatos corporativos.

tejas-tejado

El tratar los tres pasos de manera independiente, como si se tratase de la revisión de tres documentos distintos es crítico. Salvo que seas un superhombre, es muy difícil revisar los estándares corporativos de formateado de documentos a la vez que miras si falta algo esencial.

En descargo de los jefes revisores hay que decir que las agendas van apretadas y no siempre dispones de tiempo para hacer revisiones concienzudas. En ese caso es mejor centrarse en los dos primeros puntos. Una falta de ortografía puede sacarte los colores y poco más,  omitir algo importante anula todo el trabajo realizado.

La revisión de aspectos de ortografía y forma, mejor dejárselo a tu secretaria si no dispones de tiempo.

Y si eres el Director General ¿Qué? ¿Nadie revisa lo que haces? Cuando eres Director General no eres infalible, también requieres que te revisen las cosas, además, tienes una dificultad añadida, cuando tú le revisas un informe a una persona del equipo, estás asumiendo la responsabilidad final,  a fin de cuentas siempre la tienes. Pero cuando como responsable máximo, le pasas el informe a alguien del equipo para que se lo revise, la responsabilidad no cambia de manos, sigue siendo 100%tuya, por ello, el riesgo de que la revisión que te hagan no sea todo lo concienzuda que esperas, es mayor. Es decir, que los tres pasos anteriores son especialmente importantes si tu jefe te pide ayuda.

En cualquier caso recuerda que cualquier cosa que hagas la debes hacer como si no fuese a ser revisada,

como este post, que nadie ha revisado y que os invito a revisar siguiendo el proceso comentado.

Si te ha gustado este post, házselo llegar con sutileza a tu jefe :) Y si no tienes jefe, pásaselo a tu equipo.

Fernando Gastón Guirao

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Cómo perder la autoridad de un plumazo

entero_traje_negroEn los años sesenta un ministro Francés de Hacienda fue destituído fulminantemente. Lo curioso del caso es que este señor no había contravenido ni una sola normativa fiscal, no había robado, no tenía una amante, no le habían regalado ningún traje, no tenía una becaría desinhibida y el presidente del gobierno no se había vuelto loco. El único mal que había cometido este hombre es hacer unas declaraciones a hacienda impecables, tan impecables, que se aprovechaba de todos y cada uno de los recovecos que las leyes permitían para minimizar los pagos a realizar tanto a nivel personal, como en sus sociedades. La información utilizada para hacer esas declaraciones no estaba al alcance del común de los francesitos mortales, ni tan siquiera un experto fiscalista podía garantizar tal perfección. A los ojos de la opinión pública el ministro había abusado de su posición, había abusado de su poder y por lo tanto, como máximo responsable del ministerio, había quedado completamente desautorizado, lo que le inutilizaba para el cargo.

Como dice Juan Antonio Pérez López, el uso correcto del poder genera autoridad y por el uso incorrecto se pierde. Desgraciadamente se da una fuerte asimetría entre el proceso constructivo y el proceso destructivo. Años de trabajo puede llevar construir la credibilidad frente a un equipo, frente a la sociedad o frente a la familia, sin embargo para arruinarla miserablemente, tan sólo hacen falta unos minutos. Pero no necesariamente se pierde la autoridad de una tacada, puede ser perfectamente, un proceso progresivo.

Entendamos primero como se construye la autoridad. Un esquema clasificatorio válido sería atendiendo a los criterios de Eficiencia, Desarrollo y Cohesión que deben guiar la acción directiva. Por clarificar criteros:

grafico eficiencia desarrollo cohesiónEficiencia: Hacer aquello que es lo correcto desde el punto de vista operativo y que garantiza la rentabilidad de la compañía. Vender productos o servicios al precio correcto y con los mínimos costes, para generar beneficios.

Desarrollo: Hacer lo correcto para que las personas se encuentren satisfechas en su lugar de trabajo por lo que les aporta, en especial en lo relativo a su desarrollo cognoscitivo personal. También se debe trabajar en la retención del talento y ello implica una mayor eficiencia en el medio plazo.

Cohesión: Cumplir con los valores de la compañía y actuar siempre en línea con la misión de la misma. Es decir cumplir con todo aquello que se ha considerado irrenunciable y que proporciona el sentido y razón de ser a la organización. Garantiza la eficiencia en el largo plazo.

Los procesos de pérdida de la autoridad pueden ser de dos tipos, los derivados del abuso de poder o los derivados de la omisión en el uso del poder. Pero para comprenderlos mejor es prioritario analizar como se construye la autoridad y eso se desarrolla en tres fases que se corresponden con los tres criterios anteriores:

organigrama1.- La base de actuación de un directivo es siempre el poder formal, el que le proporciona su posición en el organigrama, el que se le otorga para que garantice el funcionamiento de la compañía conforme se ha definido, asegurando unos niveles de eficiencia. Ser capaz de generar eficiencia con tu actuación mediante el uso de tu poder formal, también llamado coacción(no necesariamente negativo), es la base para la generación de autoridad, pero ésta no se consigue a menos que se avancen dos pasos más.

trabajo_en_equipo2.- El segundo paso es que en su actuación el directivo tenga presente que trabaja con personas, no con máquinas y por lo tanto tenga en consideración que las personas tienen intereses adicionales que pueden ser cubiertos en el ámbito laboral y que van más allá de lo puramente formal y salarial. Entre estos aspectos el de mayor relevancia es el desarrollo personal del individuo, su aprendizaje.

valores3.- Se logra el máximo nivel de autoridad, el liderazgo, cuando uno no se mueve únicamente por los intereses personales, sino que realmente vive los objetivos de la empresa como algo personal y es capaz de desarrollar el compromiso de las personas por las mismas metas que la organización, generando una implicación máxima. Las personas confían ciegamente en el directivo porque saben que sus intereses personales no están permanentemente por encima de los de los demás.

La autoridad no se construye a base de palabras, sino de actos; se generará la confianza para alcanzar el máximo nivel de autoridad cuando realmente se viva teniendo presente los dos principios: Desarrollo y Cohesión. Si se pretende engañar a la organización haciéndoles creer que nos preocupamos por ellos, cuando en realidad lo único que nos interesa es decir palabras bien sonantes para manipular y que las personas se sientan comprometidas, los empleados más pronto o más tarde percibirán la disonancia existente entre actuación e intenciones lo que contribuirá al desarrollo de un ambiente marcado por el cinismo y donde lo único que importarán son las apariencias.

Y para destruir nuestra autoridad, ¿Qué tenemos que hacer? La respuesta es. “depende”. Depende de lo rápido que queramos ir.

building-collapseSi queremos ir rápido, debemos atentar contra los fundamentos de la organización y eso son los valores. Podemos atacar de manera directa a la cohesión por ejemplo, faltando al respeto de las personas, comportándose de manera deshonesta con un cliente, mintiendo, eludiendo responsabilidades acusando a otros, …

Una vía media desde el punto de vista de la rapidez es coartar el desarrollo de las personas, no hacer nunca al equipo partícipe de las decisiones, no delegar y pretender controlarlo todo, en resumen centrarse púramente en los aspectos formales de la dirección evitando que las personas tomen decisiones, que se responsabilicen  y que por tanto, se desarrollen.

La vía más lenta es la de ir acumulando puntos negativos a base de incompetencia. Un equipo espera que su responsable sea eficaz, tome decisiones correctas cuando le toca y que lleve a la compañía por la senda de la rentabilidad, pues eso les garantiza el salario. Los errores acumulados, muchas veces inevitables dada la complejidad de la labor directiva, acaban mermando la autoridad del jefe. En ocasiones no son errores lo que los empleados juzgan como tales, sino juicios emitidos con falta de información relevante. El directivo debe ser consciente de esta merma de credibilidad que afecta a su autoridad y está obligado a realizar una labor continua de reconstrucción, en que la comunicación es esencial para que las personas del equipo puedan comprender las circunstancias, que en determinados momentos pueden marcar una decisión.

porsche cayenneCada vez, más gente pasa por las escuelas de negocios con un único fin, mejorar profesionalmente para enriquecerse más rápidamente. Más gente pasando por una escuela de negocios implica más gente en el mundo de la empresa que es capaz de contestar en un examen tipo test cuáles son las tres fases de la construcción de la autoridad, a la vez que se comportan tal y como el materialismo y egocentrismo reinantes en nuestra sociedad marcan. El individuo y sus necesidades materiales como centro del universo. No son todos, pero los que son hacen daño.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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¿Llegarán los segundos a ser primeros?

No sé si a vosotros os ha pasado nunca, pero a mí, frecuentemente (soy bastante despistado). Coges el coche para ir a un lugar al que has acudido a menudo en los últimos meses/años, pero al que siempre has ido como copiloto, y descubres que no sabes llegar. 2007111259LuisMoyaCarlosSainzCrees que tienes unas ciertas nociones sobre el camino a seguir, pero a medida que avanzas yerras una vez tras otra al intentar trazar la ruta ideal. Te desvías, te pierdes, tienes que preguntar y te sientes un poco, sólo un poquito, idiota. ¿Por qué te pasa esto, si tú siempre vas atento a la carretera? Tu chofer habitual no acostumbra a perderse y tu pensabas que ir de copiloto bastaba para saber lo necesario para no perderse.

Existe una respuesta trivial, casi estúpida, pero que esconde la sencilla realidad y es que el conductor habitual dispone de información adicional ¿Por qué?

Si miras lo que hace el conductor verás simplemente lo que las apariencias indican, que coge el volante que lo mueve y que va mirando la carretera. ¡Tu tambien miras la carretera! Sí, pero el conductor mira algo más. El conductor tiene la responsabilidad de llegar al lugar de destino de la manera más rápida posible y por ello, toma referencias adicionales de las que no es consciente el copiloto, porque no las necesita, pero de las que en ocasiones ni el mismo pilto es consciente: La bandera en la esquina en la que gira, la tienda de jamones justo dos calles antes de la calle en la que tienes que girar,… El conductor  toma estas referencias mediante un sutil movimiento de los ojos, que un observador pasivo de la realidad obviará. Es más, es posible que si tú fueses el conductor las referencias fuesen otras.

gps tom tomEste es un fenómeno que está sucediendo a gran escala gracias a “TOM TOM”. Los GPS nos llevan de un lado para otro y nos convertimos en su número dos. Nos guían por rutas más o menos óptimas, pero nos hacen perder la capacidad de llegar a nuestro destino por nosotros mismos. Después cogemos el coche y es casi como empezar de cero, como si el recorrido que hicimos 20 veces con anterioridad fuese nuevo.

Los motivos  por los que sucede ésto en el mundo de la empresa son diversas y dependen de causas que derivan tanto del estilo de Dirección del máximo responsable, como de la actitud de las personas que le rodean. Ambas razones están altamente correladas, ya que en buena medida es la propia forma de dirigir la que genera determinadas actitudes entre los subordinados.

borregos_1Por un lado, organizaciones con estilos de dirección autoritarios generan equipos de seguidores pasivos. Si alguna persona tiene potencial para destacar por tener ideas propias y querer defenderlas, acabará dejando la organización, en cuanto se tropiece unas cuantas veces con un DG que no le escucha. Se irá a buscar alguna organización donde de vez en cuando le dejen el volante para poder conducir y así desarrollar por si mismo la capacidad para decidir un camino y seguirlo, pues esa un habilidad que se adquiere por la fuerza de la costumbre.

Pero no toda la culpa se puede achacar al estilo del hombre de vértice. Aún con el estilo de dirección adecuado un jefe se puede encontrar rodeado de un primer nivel de mandos pasivos, que prefieren no asumir riesgos y continuamente se dedican a proponer aquello que ya saben que a su jefe le puede encajar, quizás sea un equipo heredado. Algunos lo harán pensando que el servilismo puede ser una buena vía para conseguir el favor del jefe en el camino de la sucesión; otros, simplemente porque no aspiran a más, y prefieren rehuir enfrentamientos porque eso les hace la vida más fácil. Prefieren ir de copilotos e irse quejando cínicamente de los errores que la dirección comete, pero no desean coger las riendas, demasiados riesgos.

El riesgo de que un Director General se acabe rodeando de directivos serviles se dispara en empresas situadas en entornos rurales, donde la rotación de directivos es más limitada, donde la capacidad de los directivos de asumir riesgos está limitada por el elevado impacto que las decisiones de empresa pueden tener en el entorno próximo y donde ese servilismo de los mandos queda enmascarada en forma de una supuesta identificación de la persona con la organización, cuando en realidad no es más que miedo.

A parte del estilo de Dirección más participativo, que supone dejar el volante a ratos a las personas del equipo para que vayan ganando confianza en definir sus propias rutas, se requiere por parte del DG de la habilidad para desenmascarar a las personas pasivas que simplemente medran a su alrededor. A fin de cuentas es lo mismo que el directivo sea autoritario que que las personas se dediquen a descubrir que es lo que quiere su jefe para hacerlo. En ambos casos las consecuencias son las mismas y es que queda limitada la capacidad de desarrollo de la organización. Cómo jefe, se requiere de coraje para reconocer la labor de personas que continuamente se enfrentan a tus opiniones y para que esto sea así, es clave que los valores más básicos que subyacen a las decisiones prevalezcan.

vigia en tope mastilEs difícil, por culpa del segundo principio de termodinámica (creo), que nos lleva a todos a realizar los mínimos esfuerzos, no caer en un papel de secundones frente a nuestro jefe. Si queremos evitarlo debemos ir de copilotos, pero hacer el esfuerzo de planificar la ruta, de visualizarla, avanzar a lo largo de la ruta entendiendo el porque de cada giro, como si fuésemos los que conducimos. Sólo entonces estaremos seguros de no caer en el letargo de la pasividad después de unos años de no llevar nosotros el volante. Tenemos que sentirnos Directores Generales no con el ánimo de suceder sino de aprender, requiere de un nivel de energía superior alzándote por encima de lo que tu propio puesto requiere, pero es que comandar una organización requiere de grandes niveles de energía.

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

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Escuchar no es callar cuando el otro habla

En los cursos de formación la gente sólo alcanza a aprender 3 ideas. Si se logra que las tres las ponga en práctica, se puede considerar todo un éxito, incluso un milagro. Conscientes del problema que supone la comunicación en una sociedad que va a un ritmo absolutamente desbocado, las empresas no paran de invertir inútilmente en cursos de comunicación.

Esas tres ideas fundamentales, con las que la gente tiende a salir de las aulas de los cursos de formación en comunicación, son:

  1. Que hay que estar callado cuando el otro habla. Esto se entiende rápido y es relativamente fácil de aplicar.
  2. Que no debes hacer otras cosas cuando el otro te habla. Esto también se entiende rápido y es relativamente fácil de aplicar.
  3. Que el lenguaje no verbal es muy importante. Esto se explica mucho porque es impactante y divertido, pero a ver quien es el guapo que le saca jugo al tema. Esto da muchos puntos al curso de formación pues la gente se lo pasa bien.

perro-basset-con-grandes-orejas2¿Y eso sirve de algo? Yo creo que de absolutamente nada, son los aspectos folklóricos de la comunicación. La verdadera escucha no es un acto sensorial, es un acto cognitivo. No se trata de callar cuando el otro habla, se trata de “HACER ALGO” con lo que el otro dice y eso es realmente difícil de reforzar en un curso de formación en aula, aunque se puede hacer. ¿Alguien está dispuesto a pagarlo? ¡Es más caro! Mejor ir a lo divertido y aparente.

Ironías a parte, es típico que una persona de las que continuamente te interrumpe cuando hablas, al volver de un curso de los anteriores, te mire con gran detenimiento mientras hablas, pero eso es todo lo que conseguirás. Cuando terminas de hablar suelta la suya y ya está.cerebro-en-cabeza1

Yo tengo mis ideas en la cabeza y mi interlocutor  también, si después del proceso de comunicación mis ideas siguen siendo las mismas y respondo con aquello que inalterado ante el mensaje del otro, ya hacía rato que estaba en mi mente, no se está produciendo un verdadero acto de comunicación.

Esto se ve más claro en los procesos de comunicación escrita, donde los procesos de "escucha" desde un punto de vista cognitivo deben producirse exactamente igual. Por ejemplo, presentas a tu jefe un documento para revisión y él en vez de interpretar si el documento cumple los objetivos, se dedica a mayormemente sustituir tu texto por lo que el pondría. Seguramente si le preguntas porque lo cambia, lo máximo que obtendrás por respuesta es un lacónico “porque no me acababa de gustar”.

La escucha lleva implícita un verdadero deseo de valorar, interpretar y aceptar cualquiera de las cosas que el interlocutor te esté planteando. Pero supone un riesgo muy importante: supone el riesgo a renunciar o modificar las propias ideas y ello requiere de coraje(escasea). Tambien supone una dificultad intelectual adicional, interpretar si lo que me están diciendo puede ser válido, dado un entorno y unos objetivos. Esto último requiere de tiempo, del que cada día carecemos en mayor medida.

No es de sorprender que la falta de escucha esté asociada a estilos directivos autoritarios, más propios de personas inseguras (aunque no lo sepan), donde el jefe se cree superior al “subordinado” y tiene una necesidad de “ejercer de jefe” o al menos de ejercer de lo que ellos mismos interpretan que es ser un jefe. Válido para organizaciones en el siglo pasado pero destructivo en las organizaciones modernas, llenas de personal cualificadísimo con ganas de demostrarlo.  Pero esto da para otro post, quizás la semana que viene.

armaduraPero para rematar este artículo es importante deciros que: ESTE POST NO SIRVE PARA CASI NADA. Las personas que no escuchan tienen unas muy buenas defensas psicológicas y habran logrado no verse reflejados aquí. Las personas que no escuchan tienden a refrendar  sus puntos de vista en todo lo que oyen, buscando una falsa sensación de seguridad a base de reforzar sus paradigmas. Si lo que escuchan no encaja con sus ideas lo rechazan y llegan a calificar al emisor de imbécil, si encaja les sirve para reforzar sus posiciones. Se sienten seguros haciendo lo de toda la vida y se resisten a los cambios. Los niños mayormente no son así, los adultos mayormente sí, sobre todo después de terminar el MBA o cuando han sido ascendidos a una posición de responsabilidad. Hay que anclarse en lo que somos para no perder lo que tenemos, piensan (paradójicamente no saben que lo piensan). Tienden a ser extremadamente taxativos en su afirmaciones, lo que es una estrategia inteligente, minimizan el riesgo de que los demás contesten o repliquen y se evitan tener que escuchar, evitando exponerse al riesgo de tener que cambiar su forma de pensar.

Las personas que tienen una verdadera capacidad para la escucha activa van por la vida con la guardia baja, buscan superejecutivotumbar sus propias ideas ante lo que los otros dicen. Son esponjas que no paran de aprender. Les encantan las novedades y las ideas diferentes de los demás porqué les pueden ayudar a cambiar sus propias ideas. Pero si no son rápidos(es más rápido trabajar en base a ideas preconcebidas, frases hechas, muletillas, dichos populares,...) reciben más palos que una estera.

Le verdadera formación en comunicación es la formación en humildad.

Fernando Gastón Guirao

Director General

Improva

Editor en jefe sumarísimo

improsofia

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¿A ti te falta mala leche?

“A tí te falta mala leche” este es el consejo que me dio mi jefe. Y el hombre tenía un punto de razón. No tenía mala leche y afortunadamente sigo sin tenerla. Después del comentario, pasé varios años pensando si hacía falta tener mala leche …hasta que descubrí que Toñín tampoco tenía mala leche. Toñín es una de las personas más extraordinarías que he conocido, excelente profesional y humanamente intachable. broncaEran mis inicios como consultor y la empresa para la que trabajaba me había asignado a un proyecto en una fábrica de alambre de acero, la fábrica más destartalada, inquietante y sobrecogedora en la que he estado nunca. En franca decadencia la fábrica era una agrupación de edificios descuidados, algunos de ellos abandonados, con las ventanas tapiadas y rodeados de hierbajos. Tan abandonada estaba la fábrica como la gestión en si misma.

Acabábamos de realizar un análisis del mantenimiento de la fábrica y ahí había conocido a Toñín, el jefe del área, un veterano que rondaba los 60 años. Sólo entrar en su despacho ya te quedabas impactado, era como el despacho de Indiana Jones, todo lleno de papeles, libros polvorientos y en vez de restos arqueológicos, válvulas, rodamientos y motores desmontados.

Cuando presentamos las conclusiones a Dirección General fuimos claros: “El mantenimiento es un desastre”. Pensabamos que se podía aumentar la disponibilidad de las instalaciones en 4 pp y mejorar el rendimiento del personal de mantenimiento, al menos en un 30%, en términos económicos, varios millones de euros. El Director industrial, que sí que tenía muy mala leche, lo achacó todo al jefe de mantenimiento, al que consideraba un pusilánime. Según él la solución pasaba por despedirle.

despacho-toninNosotros defendimos al jefe de mantenimiento. Habíamos revisado las conclusiones y consensuado con él el plan de actuación. A diferencia del Director Industrial, había asumido la responsabilidad sobre la situación y se había comprometido a cambiar. El desafío era enorme, la edad media de la plantilla era de 55 años y la de los mandos 61.

Toñín (Sr. Núñez a partir de entonces) resultó ser el revulsivo que aquella organización requería. Las acciones diseñadas se ponían en marcha de manera inmediata. Desarrollabamos las propuestas con los mandos de mantenimiento y después Núñez las impulsaba.

Era implacable, nadie cuestionaba su autoridad, se apoyaba en dos jefes uno eléctrico y otro mecánico, delante de su equipo nos apoyó al 100% facilitando nuestro trabajo. Su apoyo al proyecto se convirtió en credibilidad del equipo de consultores desde el primer momento. Algo que resulta poco habitual en esta profesión, nos sentimos queridos, respetados y escuchados, durante todo el tiempo.

En 4 meses se estaban consiguiendo todos los objetivos que se habían marcado. Después de la reunión de cierre del proyecto descubrimos el porqué. La compañía hacía unos años había despedido a buena parte del equipo de mantenimiento y Toñín había puesto su puesto a disposición de la compañía en defensa del puesto de trabajo para su dos adlateres. Los apreciaba como personas y los apreciaba como profesionales. El  sabía que sin ellos dos, no podría tirar adelante el área de manera exitosa. Esa actitud era reflejo de lo que era Toñín.

Varias lecciones aprendí y he ido aprendiendomala-leche1

1.     La humildad es más importante que la mala leche.

2.     La mala leche es innecesaria.

3.     Que la mala leche sea necesaria para ti depende de dos cosas: los objetivos que te marques y tu capacidad para respetar ciertos valores.

4.     En el mundo de la empresa falta humildad y sobra mala leche.

5.   Los líderes se mueven por valores y la mala leche no es uno de los importantes.

¿A ti te falta o sobra mala leche?

AUTOR: Fernando Gastón Guirao

NOTA: El Director Industrial terminó en la calle. Cuatro años más tarde Toñín seguía mejorando la disponibilidad de las instalaciones.

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