Francisco de Pablo se ha desarrollado profesionalmente en Seat y culminó su carrera con 9 años como Director de la Fábrica de Martorell, gestionando un equipo de más de 9.000 personas y fabricando hasta 2.300 uds/día. De su dilatada vida profesional destacaría el haber participado en:
- El diseño, construcción y puesta en marcha del Taller de Pinturas de la Nueva Fábrica con Nuevo Personal y sistema organizativo y con Nuevo Producto.
- Implementar en Fábrica Martorell el Trabajo en Equipo y el Sistema de Producción de Seat (SPS).
- Lanzar al mercado 12 nuevos modelos.
Todo ello llegando a convertir la fábrica en un referente en el grupo VW.
Introducción
Carlos Blanquer ha desarrollado su carrera profesional en el grupo Almirall-Prodesfarma. Durante sus últimos años en Almirall llevo a cabo un profundo proceso de transformación. Lo que hoy algunos han bautizado como “Holacracy” es la base de dicha transformación. Hoy Carlos ya retirado comparte su visión del liderazgo capaz de generar la autonomía y agilidad en la toma de decisiones propia de estos modelos organizativos horizontales.
El liderazgo en la transformación holacrática
Después de mi larga experiencia como Directivo, he llegado a la conclusión que el talento existente en las personas, queda limitado en las Compañías, por numerosas barreras que las propias organizaciones han creado, asociadas al organigrama jerárquico y al rol que tradicionalmente han asignado a cada puesto. Entre otras las que comentamos a continuación.
Rara es la organización que está plenamente contenta con el rendimiento de los mandos intermedios, en especial con los primeros niveles de mando. Ya hablé hace unos meses sobre “lo jodido que es ser líder”, pero hoy prefiero hablar sobre los supervisores, encargados, jefes, etc. Los directivos operativos que llamo yo. Me gusta utilizar el término directivo para dotarles de la verdadera importancia que tienen en las empresas, y librarles de la poca consideración en que frecuentemente se tienen.
El mundo de la consultoría, como muchos otros, se ha convertido en lo que un estratega sofisticado denominaría un “Red Ocean”. Por un lado las grandes de la consultoría se meten en terrenos en los que nunca habían entrado, por otro las pequeñas consultoras unipersonales y los freelance proliferan por todos lados como fruto de las reestructuraciones y concursos de estos últimos años. Los precios han caído en picado, pero no únicamente por la creciente presión por la oferta.
Se terminan las vacaciones y toca retomar antiguos proyectos y comenzar nuevos, pero no sin antes evaluar qué nos ha aportado este descanso. El cambio de rutina nos permite reflexionar e incluso ver algunas cosas que teníamos delante y no veíamos. En mi caso, me permite centrarme más en mi familia y aprender de ellos valiosas lecciones.
Cuando observo a mis hijos en su día a día no puedo evitar ver continuas señales de hacia dónde irá el futuro; ellos son el futuro. Tenemos dos opciones: esperar con los brazos cruzados a que toda la generación de inadaptados a la que pertenecemos sea arrollada, o empezar a adelantarnos y obtener alguna ventaja de ello.
Cosas que me llaman la atención del comportamiento de mis hijos:
- No utilizan el teléfono (para hacer llamadas) prácticamente nunca.
- Atienden un montón de conversaciones a la vez y conmutan de la una a la otra con agilidad y tecleando rápido.
- Nunca, nunca, nunca hacen una sola cosa a la vez. Es más, dos cosas es poco. Conmutan entre los libros de texto, Youtube, Whatsapp y la televisión en cuestión de décimas de segundo.