En Wikipedia nos encontramos que el pensamiento se define como “aquello que se trae a la realidad por medio de la actividad intelectual”. Por eso, puede decirse que los pensamientos son productos elaborados por la mente, que pueden aparecer por procesos racionales del intelecto o bien por abstracciones de la imaginación.” Y también “fenómeno psicológico racional, objetivo y externo derivado del pensar para la solución de problemas que nos aquejan día tras día”.
Cuando hablamos de creatividad e innovación, existen diversos elementos que resultan clave. Pero sin duda, nada es más importante que las personas. Es decir, a la hora de innovar nada es más imprescindible que cada uno de nosotros. Las personas somos las responsables de identificar oportunidades, de generar ideas, y de implementarlas.
En general, la innovación se desarrolla de manera autónoma, no estructurada ni sistematizada en diferentes áreas de la organización. Dependiendo de la división o área de la compañía puedes encontrar intensidades diferentes de innovación, diversidad en las formas de abordarla, etc. Al no responder la innovación, en la mayor parte de las organizaciones, a modelos claros, existe el riesgo de:
Desmitificando algunas creencias del coaching y la psicología.
Como es conocido, la psicología es una carrera universitaria, reconocida como ciencia, ya que sus teorías y técnicas se basan en la metodología científica (hipótesis – prueba), por lo que las formas de proceder, según cada escuela psicológica, han sido estudiadas y probadas.
Llevo los suficientes años en el ámbito de la consultoría de organizaciones como para saber que, entremos en la organización que entremos, entenderemos cómo funciona y encontraremos diferentes oportunidades de mejora. No importa lo excelentes que sean los organigramas y los flujos de trabajo y comunicación de la organización, siempre podremos dar un enfoque que mejore la actividad y ayude al cliente a ir más allá.