Actualmente, la transformación digital es una preocupación clave para las empresas. Se trata de un proceso que integra el uso de la tecnología con el objetivo de ampliar las oportunidades. Este concepto tiene un ámbito de aplicación en todo tipo de sectores, incluyendo el industrial. De hecho, la transformación en la industria 4.0 hace referencia a dicha innovación.

Sabemos que este término puede generar cierta confusión, como demuestra la existencia de muchos falsos mitos respecto a la digitalización que descubrirás a continuación. Pero también descubrirás que no tienes de qué preocuparte. ¿Empezamos?

Seis mitos sobre la digitalización 


Esta transformación sí utiliza la tecnología, pero no se basa solo en ella: las personas también intervienen, y mucho, en los planes de acción. Emplean estos medios prácticos, pero lo hacen con un propósito que se contextualiza, además, con el análisis de necesidades de la propia organización. Así, cada negocio lleva a cabo su propia estrategia, que queda perfectamente enmarcada en su cultura organizacional. Existen todo tipo de falsas creencias que conviene aclarar en torno a este tema. 


1. El uso de la tecnología no reduce el número de puestos en la empresa.


Los empleados aprenderán a utilizar nuevas herramientas para llevar a cabo el trabajo, y  esta transformación también remite a la forma de trabajar. Pero el talento sigue siendo la clave del éxito corporativo en la sociedad actual. En relación con este tema, sabemos que existe cierto temor a que la perfección de los nuevos recursos deje en un segundo plano a los profesionales. Y, sin embargo, conviene aclarar que en este contexto también surgen nuevos perfiles especializados y profesiones emergentes.

El equipo sí necesita salir de su zona de confort para aprender y adaptarse a los cambios... Pero los profesionales ocupan un lugar relevante en este plan de acción, al igual que los clientes. El liderazgo durante este proceso de transformación deberá reforzar el compromiso y la motivación de los trabajadores.



2. Esta transformación no es cara.


En realidad, esta transformación no es especialmente costosa cuando se interpreta de forma objetiva. Para poner esta inversión en contexto conviene analizar los beneficios que ofrece a largo plazo: identificación de nuevas oportunidades, competitividad, crecimiento y reducción de costes. Del mismo modo, ten en cuenta cuáles son las consecuencias negativas de no asumir esta inversión. En el momento actual, sabemos que este hecho puede suponer que una empresa se quede estancada en el pasado.

Por todo ello, esta es una inversión rentable a largo plazo. Esta innovación es necesaria en todos los sectores; algunas empresas posponen o evitan esta transformación por considerar que es cara, pero el entorno actual es muy cambiante y la tecnología está  enormemente presente en la vida de todos. Una organización que se anticipa a los cambios es proactiva, y esta transformación siempre le abre nuevas puertas. Por el contrario, esas oportunidades se reducen de forma significativa para aquellos negocios que no integran este cambio.



3. El uso de redes sociales no implica una transformación completa.


Actualmente sabemos que muchos negocios se comunican con su público objetivo a través de las redes sociales, y elaboran un buen calendario de contenidos para publicar en cada medio. Tener una estrategia adecuada en redes es algo muy positivo, pero la transformación no se reduce a este hecho: llega a todos los ámbitos de la organización. En definitiva, este es un proceso holístico.


4. La transformación no afecta únicamente a las grandes empresas.


Muchas personas conocen la esencia de este concepto y su nivel de alcance en la práctica. Sin embargo, consideran que esta innovación solo tiene sentido en grandes compañías que cuentan con un presupuesto más elevado... Y no es así: las pequeñas empresas también protagonizan importantes transformaciones.



5. No es una meta definitiva, sino un proceso de mejora continuo.


Existen distintas maneras de observar esta estrategia. Pero este punto de inflexión no conduce a una meta definitiva que indique un fin último en este proceso. En realidad, la transformación remite a una mejora constante. La empresa da un paso definitivo cuando manifiesta su compromiso con esta innovación, pero este primer paso ha de ser seguido por muchos otros. Esta es una planificación a largo plazo y, en consecuencia, los resultados de este cambio también se perciben con el paso del tiempo.



6. La transformación es positiva, pero no es sencilla.


Dicha transformación parece fácil de llevar a cabo cuando el proceso se percibe únicamente desde su perspectiva más tecnológica. No obstante, este plan de acción es mucho más que tecnología: se trata de un proceso que ofrece nuevas oportunidades a largo plazo, pero en el horizonte próximo también surgen obstáculos y dificultades que hay que superar. Por ello, sabemos que esta transformación organizativa requiere, además, de un cambio de mentalidad.

La transformación digital, en suma, es muy positiva para las empresas en la actualidad y les aporta un valor añadido. La gestión de personas es esencial en este contexto para liderar un verdadero cambio en la forma de trabajar.

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