No tengo recuerdos especialmente felices de mis tiempos en el colegio, ni de los profesores, ni de las clases ni de los compañeros. Cuando me remonto a mi periodo académico, mis recuerdos son más bien negativos. A los que me conocen les chocará cuando lean esto, ellos me ven como una persona sociable, alegre, positiva y a la que es muy difícil sacar de su situación de equilibrio. No creo que nadie me considere un amargado a pesar de lo que voy a contar.
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El otro día, una persona del equipo que acompañaba a un comercial de una compañía para evaluarel funcionamiento del nuevo CRM sobre el terreno, observaba estupefacto como a la voz de “estoy de bajón” empezaba a liarse un porro. Al cabo de unos minutos el comercial era otro, nuevamente “motivado”, había puesto la directa. Pero no le sirvió de nada, el nuevo CRM era dinamita pura a la eficiencia de los equipos comerciales, diseñado a cientos de kilómetros por unos técnicos que jamás se habían tenido que patear la calle, adolecía de todos los fallos que alguien que desconoce la realidad puede cometer. Seguramente al equipo de ingenieros e informáticos que lo habían concebido les gustaría que la realidad se adaptase a lo que ellos pensaban que debía ser un mundo perfecto, pero la realidad no está llena de aristas sino de curvas y recovecos, y cualquier intento de imaginarla sin conocerla fracasa.
Francisco de Pablo se ha desarrollado profesionalmente en Seat y culminó su carrera con 9 años como Director de la Fábrica de Martorell, gestionando un equipo de más de 9.000 personas y fabricando hasta 2.300 uds/día. De su dilatada vida profesional destacaría el haber participado en:
- El diseño, construcción y puesta en marcha del Taller de Pinturas de la Nueva Fábrica con Nuevo Personal y sistema organizativo y con Nuevo Producto.
- Implementar en Fábrica Martorell el Trabajo en Equipo y el Sistema de Producción de Seat (SPS).
- Lanzar al mercado 12 nuevos modelos.
Todo ello llegando a convertir la fábrica en un referente en el grupo VW.
En términos evolutivos, la finalidad de cualquier organismo es la transmisión de ADN, información encapsulada, a la próxima generación. En la naturaleza encontramos diversos fenómenos que siguen esta línea, desde la más simple reproducción, hasta las complejas colonias de abejas que logran este objetivo mediante el cruce familiar y el altruismo reproductivo.
En la especie humana, esta transmisión trasciende de lo biológico, desarrollando un patrón de transmisión cultural. Generación tras generación se han ido acumulando los conocimientos adquiridos y se ha hecho constancia de ellos, mediante las tecnologías de que se ha dispuesto, para que sus descendientes no tengamos que empezar de cero. ¿Imagináis que cada generación tuviese que descubrir la penicilina? ¿O inventar la bombilla? Vaya pérdida de tiempo...