Siguiendo la actuación del Ministerio de Sanidad, debemos construir un plan de acción diseñado para reducir y espaciar los impactos negativos, dejándolos por debajo de nuestro límite de gestión (pasando del escenario A al escenario B). Debemos, para ello, conocer el límite de gestión. ¿Con qué personal puede seguir funcionando la organización? Debemos definirlo para funcionar el mayor tiempo posible con el menor riesgo posible para todo el equipo.
Para prevenir contagios dentro de las instalaciones debemos dividir a nuestro equipo entre “personal que puede teletrabajar” y “personal que no puede teletrabajar” y establecer una serie de acciones específica para cada grupo. Para prevenir contagios fuera de nuestras instalaciones debemos poner en marcha acciones de información y concienciación. Por último, debemos establecer protocolos de acción para actuar ante un posible contagio.
El teletrabajo hace pocas semanas seguía siendo esa apuesta interesante de muchas empresas con programas de conciliación que muchos otros envidiaban. Ahora, de repente, puede ser la diferencia entre seguir funcionando o tener que parar la actividad. Cada vez son más las empresas que se suman a las recomendaciones de mandar a sus empleados a teletrabajar siempre que sea posible. Los cierres de escuelas lo convierten, aún más, en una necesidad, pero ¿están las empresas realmente preparadas para teletrabajar?
Hace un rato leía en redes sociales a un numeroso colectivo poniendo a parir a una política. El argumento básico es: “Esta mujer no ha trabajado nunca”. Es un argumento frecuente, se utiliza como un “ad hominem“ genérico para atacar a cualquier político que no es de nuestra cuerda. No pretende defenderla a ella ni a su ideología, no porque no la comparta, sino porque no tengo necesidad de entrar en ello, pues esto sería de aplicación a cualquiera que haya hecho carrera política en partidos de cualquier signo. Lo que si pretendo atacar es un par de premisas básicas que circulan por las redes de la mano de supuestos adalides de la intelectualidad:
El experimento de Milgram es lo más inquietante que he leído en mi vida, incluso más inquietante que la mirada de Damien en “La Profecía (1976)”. Lo releo periódicamente y su lectura invariablemente me afecta.
LEER EXPERIMENTO DE MILGRAM
Una vez asimilé las ideas de este psicólogo, supe interpretar muchas situaciones que he vivido a lo largo de mi vida y que ahora comprendo mejor.
Ser imprescindible es una carga demasiado grande, así que a todos nos interesa trabajar para ser sustituibles.
A menudo decimos eso de que nadie es imprescindible. Lo decimos sobre todo cuándo vamos a prescindir de alguien. Se lo decimos también a ese alguien para que le quede claro que no lo necesitamos. Es más un ejercicio de autoconvencimiento y de orgullo pero, ¿hasta qué punto es cierto?
Encontrar capital humano es todo un reto para las organizaciones. Pasas por un proceso de selección, de adaptación, de formación y de integración. Es una de las mayores preocupaciones de cualquier directivo y la eterna lucha de los departamentos de recursos humanos. Pero, ¿basta solo con encontrar a la persona adecuada? ¿Ya podemos descansar? Definitivamente no.