Inauguramos nuestro ciclo de encuentros digitales con una gran participación agradeciendo a todos los asistentes su presencia y a los ponentes, Francisco Garrigues, Mar Bernal y Toni Mascaró su enorme aportación.
Tras una breve introducción de Nuria Baquero sobre la dinámica de la sesión y alguna de las opciones más interesantes de Zoom para seguir con comodidad la tertulia, Olga Sierra presenta a los diferentes ponentes.
Hace tres semanas todo era energía, optimismo y apoyo. Colgábamos carteles en nuestra escalera ofreciéndonos a ayudar a nuestros vecinos de alto riesgo, organizábamos agendas con los niños para que fuera divertido, participábamos en las reuniones laborales con ganas, hacíamos planes con amigos a través de Zoom y salíamos al balcón a animar a sanitarios y, en el fondo, a toda nuestra sociedad.
Hoy, en cambio, todo es mala leche, pesimismo y quejas. Colgamos carteles en nuestra escalera amenazando al guarro de nuestro vecino, intentamos que los niños nos dejen en paz, llegamos a las reuniones laborales con ganas de matar, pasamos de quedar con nadie por Zoom y salimos al balcón o bien para amenazar a todo el que pase por la calle sin saber sus razones o bien para reivindicar una resistencia contra un gobierno al que tildamos, sin cortes ni tapujos, de asesinos. ¿Qué ha pasado?
Resiliencia, sí, pero con compañeros de viaje más y mejor (y digo esto porque este post lo he elaborado aprovechando las ideas del equipo de Improva, al que pertenezco).
Sin medias tintas, estamos en modo supervivencia. Todos, personas y organizaciones. Nadie imaginábamos este escenario, aunque ahora a todos nos sale el “Capitan A Posteriori” que llevamos dentro. No tocan reproches, toca remar. Mirar hacia atrás es perder el tiempo, avanzar es necesario.
Llevo casi 20 años trabajando en proyectos en que se analiza el comportamiento de los directivos. A pesar de que en estos años puedo apreciar una significativa mejora en el nivel de cualificación de los directivos, la eficiencia en el desarrollo de la función directiva sigue siendo lamentable. No me malinterpreten, no es que los directivos se toquen las narices, sino que el tiempo que dedican a realizar labores de alto valor añadido y acordes con su categoría profesional es muy bajo. No es lo mismo laboriosidad que eficiencia. La mayoría de directivos y mandos intermedios se esfuerzan en currar como cosacos: laboriosidad, pero si pudiésemos medir su productividad en términos de alineamiento del esfuerzo con la estrategia y valor añadido a los clientes y accionistas, ese cifra sería sin ningún género de dudas lamentable. Nadie gestiona la productividad de directivos y mandos.
El IKN y el proyecto INEO son algunos de los ejemplos que dibujan cuál ha sido nuestro trazado hasta ahora, pero como consultoría de operaciones de alta innovación seguimos desarrollando nuevas ideas. Kaizen Team es nuestro próximo objetivo.
Ya estamos de vuelta al trabajo y nos toca retomar todos los proyectos que teníamos en marcha. Es una fase complicada por la que todos pasamos una o dos veces al año. ¿Cómo estaba este tema?¿Por dónde me quedé con este asunto?¿A quién tengo que llamar para ponernos al día?