La dirección por competencias define, busca y entrena las habilidades necesarias para desarrollar las diferentes funciones de una organización, logrando así la máxima eficiencia.
Las competencias profesionales son conductas observables, ya que se puede medir por su grado de desarrollo, y son habituales, al estar incorporadas en la acción cotidiana de una persona. No se trata de rasgos de personalidad, temperamento o conocimiento, por lo que las competencias profesionales se pueden entrenar y desarrollar.
“Pensar que por ser inteligente alguien solo va a hacer cosas inteligentes y tomar decisiones inteligentes es muy estúpido”.
La frase anterior puede parecer una memez, pero os aseguro que se ajusta a la realidad y sus implicaciones están permanentemente presentes en nuestras vidas. Desde hace más de 10 años soy miembro de Mensa y durante los dos últimos años he sido miembro de su junta directiva. Esto me ha proporcionado una perspectiva excelente sobre la interacción de personas de certificada superior inteligencia. Yo mismo soy ejemplo de ello. He hecho muchas estupideces a lo largo de mi vida. El que me juzgue y pretenda considerarme el mayor gilipollas del mundo, obtendrá argumentos para ello y el que me aprecie y quiera considerarme una excelente persona, lo hará también con facilidad. Juzgar la inteligencia de los demás es arriesgado en extremo y frecuentemente esos juicios hablan mucho más de nuestro philias y phobias que de otra cosa.
A poca estructura que tenga una organización, un 20% de los costes corresponden a su estructura, y de ese 20% buena parte está dedicada a la gestión. Pongamos que la mitad (un 10%) del coste total de la empresa sean costes asociados a la gestión del negocio: planificar, hacer previsiones, definir procesos, supervisar equipos, preparar informes, hacer reuniones de seguimiento, resolución de problemas, mejora continua, etc. Habrá negocios en que esta cifra sea un 5% y otros en los que el 20%. Y de todas esas actividades lo que se lleva la palma son dos actividades en las que se es extremadamente inefectivo:
- La toma de decisiones con su correspondiente establecimiento de acciones.
- La resolución de problemas con su correspondiente establecimiento de acciones.
Viajamos a Laponia para entrevistar en exclusiva a Papá Noel. ¿Quieres saber qué nos dijo?
En un entorno en el que los inversores buscan dar el pelotazo, las herramientas para las empresas se conciben como las orientadas a usuarios: simples, sencillas y con altas probabilidades de convertirse en líderes de mercado. La funcionalidad y los resultados para quien las aplica quedan ya como algo secundario.
Cuando pones en boca de un inversor la palabra “escalabilidad”, puedes traducirla por su equivalente “potencial pelotazo”. Tenemos a miles de inversores preguntando por la escalabilidad del proyecto, o lo que es lo mismo, preguntando si el producto, una vez desarrollado, reunirá las siguientes características:
- Se podrá vender como rosquillas a millones de personas.
- Crecerá el número usuarios/clientes exponencialmente.
- Será necesaria poco más que la inversión necesaria para promocionar el producto.
- Conseguirá que se ponga en venta la compañía en poco tiempo.
- Ganaremos millones de euros.